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historia de loros

Psitácidas: Las superdotadas entre las aves.

Se denominan psitácidas a las aves que coloquialmente se suelen conocer bajo la denominación de "pájaros de pico curvo", es decir, loros, cotorras, periquitos, loris, etc.


Las psitácidas están dentro del orden de las psitaciformes, en el que se incluyen varios cientos de especies de aves, la gran mayoría de ellas en peligro de extinción.


Las psitácidas destacan ante todo por su tremenda inteligencia, que, de manera general, es superior a la inteligencia de otras aves (aunque hay excepciones, pues los cuervos, urracas, y minás son tan inteligentes o más como las psitácidas más grandes). Todo depende de cómo se mire, todas las aves han desarrollado unas pautas de comportamiento, unas que nos asombran más que otras, unas más complejas que otras, etc. Quizá sean los psitácidos las aves que más han cautivado al ser humano, por su comportamiento normalmente sociable hacia sus congéneres, los fuertes lazos de pareja que establecen, la rapidez en el aprendizaje de trucos y en la imitación, y un sinfín de características más.


Pero al ser aves con esta capacidad de aprendizaje y su característica inteligencia hay que ofrecerles unos cuidados especiales, especialmente si se tienen como mascotas en casa, cosa que solo está justificada si se tienen casi como un miembro más de la familia y se les dedica tanto tiempo como el que se le dedicaría a un perro o incluso más. Los lazos de cariño que establecen con sus dueños son muy fuertes y el abandono de los cuidados del ave por parte del propietario puede desembocar en multitud de ocasiones en trastornos psicológicos del ave: agresividad hacia los miembros de la familia, automutilación, arrancándose las plumas o mordiéndose patas y alas hasta hacerlas sangrar, etc. El aburrimiento es la principal causa de estos problemas. Durante las primeras semanas de estancia en su nuevo hogar, al ave se le darán atenciones de todo tipo por ser la "novedad" y esto seguirá teniendo que ser así durante toda la vida del animal, pues si se le empieza a desatender es cuando surgen los problemas: no sacarlo de la jaula para que realice ejercicio, no ponerle ramas tiernas y hojas verdes para que estimule su pico y sus patas, no proporcionarle una dieta variada, desembocan en la gran mayoría de los casos en trastornos psicológicos de las aves.


Dichos problemas se pueden atajar si se perciben a tiempo. Por ejemplo, el primer signo de que el ave se aburre (en especial en aves grandes, como los yacos y guacamayos) es que se arranquen las plumas. Aún se está a tiempo de salvar al ave de una vida infeliz por el resto de sus días. Si cree que no está preparado para intentar la recuperación del ave usted mismo, mejor es entregarla a un centro de recuperación de aves especializado, en el que acogerán a su mascota para intentar rectificar sus conductas. En muchos casos estos centros tienen éxito y los pájaros recuperados aprenden a socializarse con otros de su especie o de otras especies también mansos y llevan una vida digna. Es lo menos que se puede intentar por remediar la conducta del ave, que de no ser atendida adecuadamente acabará desdichadamente encerrada en una pequeña jaula en la que apenas podrá abrir las alas para ejercitarlas.


No obstante, si se siente capaz de intentar que el ave deje sus malo hábitos, tendrá que empezar a prestarle más atención todos los días (como ya he dicho, un loro es una gran responsabilidad y requiere incluso más atención que un perro, por lo que si no puede proporcionarle al animal dicho tiempo, mejor es que piense en tener otra mascota si es realmente lo que desea). Cuando tenga que dejar sola al ave, cosa inevitable muchas veces, deje a su disposición todo tipo de juguetes, para que esté entretenida, ramas para roer, alguna golosina, etc. Un método que a veces da buen resultado es dejarle al ave la radio puesta, a volumen no demasiado alto, pues el ave se entretendrá escuchando los distintos tonos que emita el aparato. Para algunas aves la radio resulta un mecanismo hipnótico y cuando se enciende el aparato se quedan escuchando ensimismados, emitiendo de cuando en cuando algún sonido de alegría.


Yo soy un enemigo feroz de las pequeñas jaulas en las que se obliga muchas veces a las aves a pasar su existencia. Para mi, solo están justificadas dichas jaulas con aves enfermas, aves que se están recuperando de una convalecencia y para el transporte de las mismas. Me martiriza ver a un loro como un yaco o un guacamayo encerrado en una jaula en la que apenas puede moverse de un lado a otro de la misma. Imagino el aburrimiento y el sufrimiento del animal encerrado dentro, que muchas veces desarrolla trastornos en la propia jaula (como por ejemplo tener movimientos erráticos o repetir siempre los mismos movimientos). Por tanto, en la medida en que cada uno buenamente pueda, habremos de ofrecerle al ave un alojamiento apto para ella. Muchas veces, para encontrar dicho alojamiento habremos de recurrir a construirlo nosotros mismos o encargarlo a personas que sepan hacer aviarios y pajareras, pues las jaulas que típicamente se comercializan no cumplen ni de lejos las necesidades de espacio que requieren las aves (y esto es válido tanto para psitácidas como para el resto de aves). Hay que acabar con la creencia de mucha gente que dice: "Si un ave me cuesta X, ¿por qué habría de gastarme 6X en comprar una jaula para él?" ¿Realmente importa si el ave vale X y la jaula 6X? Lo que realmente importa, a mi modo de entender, es ofrecerle una vida digna a la mascota que vayamos a tener, pues si se tienen animales es para poder darles lo mejor que podamos permitirnos, ¿no? Si verdaderamente nos gustan los animales se pretenderá darles la mejor vida posible y si no se puede permitir uno ciertas cosas en su manutención es mejor simplemente no tenerlos y darles la posibilidad de que otro dueño pueda suplir sus necesidades. (A mi me encantaría tener caballos, je, je, pero como ni tengo espacio ni dinero para mantenerlos pues sencillamente no los tengo, evidentemente, es un ejemplo bastante radical, pero se puede extrapolar en mayor o menor medida a lo que sucede con pequeños animales).


Otro punto importante para mantener psitácidas en cautividad es tener en cuenta su procedencia y origen. Las psitácidas también tienen una larga y buena memoria y las aves capturadas en su medio normal e importadas para su comercialización rara vez olvidarán el trauma que han sufrido durante la captura, traslado y venta. Considerarán al ser humano como una amenaza en potencia, esto se entiende claramente si nos planteamos una pregunta muy sencilla ¿cómo nos sentiríamos y qué sentiríamos nosotros hacia aquél que nos ha despojado de nuestro hogar para introducirnos en un recinto cerrado, más grande o más chico, pero al fin y al cabo un recinto? Por ello, las psitácidas capturadas en su medio natural y que se comercializan con la finalidad de ser mascotas potenciales en vez de aves reproductoras están casi siempre condenadas a una vida infeliz. En muy muy raras ocasiones se adaptarán a las nuevas condiciones a las que se les somete en cautividad y confiarán total y plenamente en su dueño. Estas aves, no obstante, si se les proporciona unas instalaciones y dietas adecuadas, pueden ser buenas reproductoras, aunque casi siempre serán mejores criadores las nacidas en cautividad.


Para tener un loro como mascota en casa lo mejor es adquirir uno que haya sido criada a mano. No tendrá desconfianza hacia los humanos, si no que sentirá gran apego por ellos, su carácter normalmente descarado y gracioso lo hará encantador y rápidamente se integrará en el ambiente familiar, sin sufrir traumas o estrés, más que el estrés que pueda ocasionarle el cambio de vivienda, pero que con buenos cuidados rápidamente es superado.


Y ante esto, nos puede surgir una pregunta bastante obvia: Si las aves criadas en cautividad, tanto por los padres como las criadas a mano, son más aptas para la convivencia con humanos o para su mantenimiento y tenencia en cautividad... ¿por qué seguir importando aves de su entorno natural? La respuesta es simple y como en multitud de otros casos, se debe a la codicia humana. Las aves importadas, aunque vienen en peor estado y muchas de ellas mueren durante la captura y el transporte, son más baratas y los importadores y las tiendas obtienen mayor beneficio con ellas. ¿Cómo podemos acabar con la importación de psitaciformes? Exigiendo aves criadas en cautividad. Así daremos una oportunidad a estas magníficas aves de recuperar las poblaciones naturales que tienen en sus emplazamientos originales.
Instalaciones adecuadas para psitácidas:


Todas las aves estarán mejor en aviarios y pajareras que en jaulas. Esto es especialmente aplicable a psitácidas pues en una jaula pronto se aburrirán, mientras que en un aviario siempre tendrán la posibilidad de ejercitar las alas y entretenerse con los objetos que haya en su interior.


Excepto para las especies de psitácidas que son sociables, como los periquitos, las carolinas y en mayor o menor grado los agapornis, para el resto de psitácidas lo mejor es seguir la regla de: una pareja por aviario, en especial con grandes loros, pues no suelen tolerar la presencia de otras aves en su recinto. Los loros y periquitos de gran tamaño solo podrán tenerse junto a otros psitácidos en lugares donde el espacio sea muy grande para que no haya problemas de agresividad. En aviarios muy espaciosos también pueden convivir en colonia algunas parejas reproductoras de grandes loros.


Los periquitos y las carolinas, aves frecuentes entre los avicultores, pueden convivir juntos sin ningún problema siempre que no se de una superpoblación excesiva en el aviario. Por contra desaconsejo totalmente mantener agapornis con ellos, en especial con las carolinas. Con los agapornis solo se podrán tener periquitos fuera de la época de cría de ambas especies, ya que si se les mantiene juntos durante la época de cría los agapornis se meterán en los nidos de los periquitos y ni criarán ellos ni dejarán criar a los periquitos, por no mencionar las graves peleas entre hembras que pueden originarse.


Por regla general no conviene obligar a convivir juntos a psitácidos y a pájaros exóticos como diamantes, lonchuras, o junto con tórtolas y palomas, ya que los psitácidos podrían atacar y matar a las especies mencionadas. Solo las carolinas y los periquitos son aptos para poder ser mantenidos en instalaciones con otras aves, y eso siempre y cuando las instalaciones sean grandes y no estén superpobladas. Pero ante todo habrá que observar el comportamiento de las aves que tengamos, pues hay algunos periquitos que son muy pacíficos y no dan problemas y otros que en seguida intentan picotear a los pequeños exóticos. Las carolinas normalmente no suelen dar ningún problema.


Mención aparte merecen las neophemas, que por su carácter apacible y pacífico pueden convivir con otras aves, como por ejemplo carolinas o ninfas, pequeños exóticos, tórtolas, etc. También pueden convivir con periquitos y otras cotorras grandes pero pacíficas siempre que la pajarera sea grande.


En los aviarios donde tengamos las psitácidas, en especial si tenemos un buen número en la pajarera, nos será imposible tener plantas naturales, pues las roen y destruyen con una facilidad y velocidad pasmosa. Si el aviario es grande, hay pocas aves y se procede a dejar un periodo de arraigue a las plantas antes de que los psitácidos puedan tocarlas, puede que obtengamos una bonita pajarera con plantas en su interior. No obstante, para esto siempre deberemos tener presente las tres cosas antes mencionadas:


1- Que no haya superpoblación.


2- Que el aviario sea de amplias dimensiones.


3- Que las plantas estén desarrolladas lo suficiente como para que las hojas y ramas que puedan romper y roer los psitácidos sean renovadas sin consecuencias mayores. Para evitar también que los psitácidos destrocen las plantas un buen método también consiste en ofrecerles verduras y frutas frescas diariamente. He de recalcar que no se tendrá un aviario con plantas si por ejemplo en un aviario de 20 metros cuadrados en el que habitan 5 parejas de periquitos se tiene una sola planta en una maceta. Como es la única planta que hay en el aviario las aves solo roerán dicha planta y en pocos días acabará marchitándose. Para que esto no suceda hay que tener el aviario con multitud de plantas.